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Cómo limpiar la parrilla

Las carnes, pizzas o verduras asadas son una delicia y todo un plan, en cualquier época del año. Sin embargo, si la parrilla no está totalmente limpia, cualquier manjar puede arruinarse por óxido o restos de grasa.

A continuación te damos algunos tips, los que describiremos por tipo de parrilla

Parrilla de ladrillos

Cada día se implementan más en los hogares Chilenos y sí o sí hay que limpiarlos después de cada comida. Lo mejor es hacerlo cuando la parrilla todavía está caliente –no tanto para quemarse-, lo que facilita quitar la grasa.  Se debe mojar un cepillo en vinagre (de alambre si es la parrilla metálica y de cerdas, si es enlosada) y repasar con fuerza toda la parrilla para sacar los restos de alimentos. Luego, ponerla sobre las brasas de nuevo para eliminar las bacterias que queden.

No olvides de sacar las brasas –ya frías- y las cenizas con un cepillo.

El último paso es repasar las paredes internas y externas del asador con un paño  humedecido en agua tibia y bicarbonato de sodio.

Parrilla portátil

Son muy prácticas para colocar en los balcones, galerías o terrazas pequeñas. El primer paso es sacar la parte removible y dejarla en agua caliente y lavaloza. Después, enjuagar con una esponja. Ya en el interior de la parrilla, hay que quitar los restos de cenizas y carbones, con un cepillo o incluso con una piedra pómez. Si hay suciedad difícil de remover, se puede usar agua tibia con bicarbonato de sodio.

 

Parrilla de tambor

Una opción que gana terreno. Su limpieza es muy parecida a la portátil. La higiene acá también es con agua, lavalozas y esponja.

El único agregado es que el material suele arruinarse con el fuego y la intemperie. Por lo que requiere mantenimiento periódico. El tambor, la cadena y la estructura de patas y ruedas tienen que ser pintados con convertidor de óxido.

Prohibido usar productos abrasivos ya que dañan la parrilla.

Parrilla eléctrica

Actualmente, son muy elegidas por sus diseños y el poco espacio que necesitan. Tras desenchufar el aparato y aun cuando está un tanto caliente, quitar los restos con una espátula de goma y limpiar las placas con una esponja húmeda. Sacar la placa de goteo y lavarla con detergente y agua. Después, secar todo con un paño. La clave acá es no usar nunca productos abrasivos que arruinen las placas.

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